Todos queremos ser prósperos. Y la prosperidad se ha vuelto un eufemismo new age para decir que deseas riqueza, sin decirlo. Lo sabemos.
Pero ¿sabes? Si quieres prosperar, tienes que validar en tu vida la riqueza. Y tienes que entender que esta riqueza tiene más dimensiones que sólo la material.
Al mismo tiempo, tienes que integrar la importancia de la abundancia material como vehículo para la manifestación de las virtudes del espíritu. ¿Acaso no tiene un valor trascendente el dar a alguien la posibilidad de trabajar y de proveer el sustento de su familia a través de su esfuerzo honesto?
Administrar tu energía creativa de forma organizada y eficiente, permitirá el florecimiento tuyo y de las demás personas, en todas las áreas de su vida, desde las áreas más básicas a las más sofisticadas. Las primeras son condicionantes para las segundas, ya que la sobrevivencia es una prioridad para la existencia.
¿Qué características son fundamentales para ser prósperos?
Existen algunas características en común que siempre encontrarás entre las personas prósperas, y que será necesario que cultives para que prosperes:
- Persevera en tus objetivos y metas: la clave del éxito es no rendirte.
- Sé propositiva: debes tomar acción e invitar a la acción. Quien tú eres, tu identidad y tu realidad no dependen de lo que pienses, sino que de lo que vives. La experiencia es lo único que te permite experimentar si es que algo está basado en la realidad o en la ideología.
- Toma responsabilidad: entendiendo tu rol y las responsabilidades que implica ese rol, debes estar lista para responder y estar a la altura.
- Sé asertiva: La capacidad de comunicar honesta y neutralmente tus necesidades y las necesidades de un proyecto colectivo, aún cuando sean aspectos difíciles de encarar, es una parte muy necesaria del liderazgo que llevará un proyecto a prosperar.
- Autogestiónate: Es necesario que conozcas tus fortalezas y tus debilidades. Y que las gestiones. Esto implica las habilidades duras, de conocimiento, pero aún de forma más importante, es tu autogestión personal: la estabilidad emocional y la capacidad de dominar tu mente al servicio de tu propósito más alto es el secreto detrás del éxito.
- Disciplínate: Todo lo anterior no será posible si no desarrollas las capacidades de auto disciplinarte. Simplemente no existe prosperidad sin disciplina, en ningún ámbito de la vida (¡ouch!, lo sé… ).
¿Entonces, cuál es la base misma de la prosperidad?
¿Puedes ver que, más allá de los aspectos técnicos, la prosperidad tiene que ver, en última instancia, con tu relación contigo misma?
La prosperidad pasa por tu capacidad de mantener la estabilidad interna. La capacidad de recibir lo nuevo que necesitas, de integrarlo, de conservar lo que has construido que siga siendo necesario y útil, y de eliminar o soltar lo que ya no aporta. Si te fijas, es la descripción de un sistema universal de flujo de energía en el proceso creativo/destructivo de la existencia.
La prosperidad es la capacidad de administrar el flujo de energía de manera balanceada en tu vida. Si bien esto puede sonar un poco esotérico, por favor considera esto de manera literal.
La vida es un proceso en desarrollo constante, que necesita de energía. Y la energía necesita fluir de forma balanceada. El equilibrio, o falta de él, en el flujo de nuestra energía, se expresa a través de los hábitos que conforman nuestra vida y el resultado que produce el sostener esos hábitos.
Para que nuestra energía vital pueda fluir de forma óptima, nuestro equilibrio de hábitos básicos debiera comprender: dieta, sexo y descanso; ejercicio, trabajo y vestimenta. Demasiado, muy poco o del tipo incorrecto, determinará nuestra calidad de vida y por ende nuestro bienestar o malestar general. A ello, debemos sumar un factor que es mucho más primario, que solemos descuidar y del que muchas veces, ni siquiera estamos conscientes; la respiración.
Puedes pasar 3 semanas sin comida y hasta 3 días sin agua. Pero difícilmente más de 3 minutos sin aire. La respiración es entonces un elemento determinante en nuestra calidad de vida y en nuestra capacidad de fluir y prosperar material, emocional y mentalmente. La experiencia unificada de estas tres dimensiones es la dimensión espiritual, y esta es la verdadera experiencia de prosperidad.
El rol central de la respiración
De todos los hábitos que componen nuestra vida, el de la respiración es sin duda el más importante, y es la llave a los procesos inconscientes en nosotros. El cómo respiramos genera el cómo nos sentimos y el cómo pensamos, y por ende, el cómo actuamos. Usando la analogía de GOD (Dios) como Generador, Organizador y Destructor de todo, podemos entender la inhalación como el aspecto generativo/creativo de Dios en nosotros. La suspensión de la respiración corresponde al aspecto organizador/sostenedor de todo. Y la exhalación es el aspecto destructor/eliminador. Por medio del control de la respiración, manejas el proceso creativo/destructivo divino, que es en sí mismo el proceso de flujo que mencionamos antes. Si aprendes a manejar tu respiración de forma consciente, es imposible que tu vida no se vuelva próspera.
A través de entrenar tu respiración, te volverás libre para ser tú misma y fluir creativamente en tu vida.
¿Estás lista para comenzar a ser libre por medio de tu respiración?
Con amor,
Gurusansar Singh